DIAGNÓSTICO DE PRÁCTICAS DOCENTES A TRAVÉS DE LA OPINIÓN DE LOS ESTUDIANTES Y DE LOS PROFESORES

Abstract

INTRODUCCIÓN Entre la mayoría del cuerpo docente universitario es una verdad asumida, y también comprobada (Anton, 1994; Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004) la falta de preparación especial para el ejercicio docente en los espacios universitarios, pues comúnmente se infiere que la sola formación profesional es el único pre-requisito para conformarnos en buenos docentes. Sin embargo, el ser profesionales de alguna disciplina no nos habilita de manera automática para el complejo proceso de la transmisión y la formación de los futuros profesionales (Covarrubias, 2008). Siendo así, como actores principales de la enseñanza y portadores de una autoridad científica-profesional institucionalmente otorgada (Tenti, 1985), tenemos la obligación de adquirir las mejores herramientas pedagógicas para un ejercicio efectivo de la docencia. Actualmente se reconoce que la docencia es una actividad compleja, multidimensional e incierta (Pimentel y Carlos-Guzmán, 2008), y que el profesor es algo más que un aplicador de técnicas y procedimientos (Bleakley, 2001), pues su quehacer está marcado por las relaciones que establezca con sus estudiantes, el tipo de alumnos con los que se trabaje, la visión del currículo que tenga, la regulación de la institución escolar de pertenencia, y hasta por su itinerario biográfico (Coll y Solé, 2001; Hargreaves, 1998). Lo anterior, nos deja ver que el identificar y evaluar las prácticas docentes y calificarlas como exitosas o fallidas es una tarea nada sencilla y también es una práctica relativamente reciente en los espacios universitarios (Luna, 2003). Uno de los aspectos relevantes de la valoración de las prácticas docentes estriba en contar con diagnósticos que sirvan de indicadores de cuestiones tales como: 1. El dominio del campo disciplinario y profesional; 2. Los contenidos enseñados; 3. El conocimiento de los mecanismos de aprendizaje; 4. Las estrategias pedagógicas utilizadas; 5. Las técnicas de evaluación empleadas, entre otras cuestiones; que permitan no sólo contar con medidas de los perfiles docentes, sino también como evaluación tangencial de los curricula vividos y su posible distancia con el currículo formal. Aunque escasas,existen investigaciones educativas que han tenido como propósito evaluar las prácticas docentes de psicólogos universitarios mexicanos, desde la perspectiva de los estudiantes. Por ejemplo, Pimentel y Carlos-Guzmán (2008), evaluaron, a través de un cuestionario, las preferencias de los alumnos y profesores de la Facultad de Psicología de la UNAM, respecto a los estilos docentes así como la opinión de los estudiantes respecto a una buena, regular o mala docencia. Uno de los hallazgos que los investigadores reportan, es que la docencia fue calificada como efectiva cuando el maestro vinculaba lo revisado en clase con el campo de ejercicio profesional. Por otro lado, Covarrubias y Camarena (2010) sostienen que al ser el currículo una práctica educativa, se hace imprescindible acercarse a las creencias y representaciones que tanto maestros como estudiantes tienen respecto a la psicología como ciencia y profesión. Ellos concluyen, en concordancia con Pimentel y Carlos-Guzmán (2008), que los maestros bien valorados por los estudiantes tienen como características principales su compromiso, responsabilidad y dominio del tema. Asimismo, señalan que tanto las estrategias metodológicas empleadas por los maestros como las formas de evaluación están estrechamente ligadas a la concepción epistemológica que de la psicología tenga cada uno de los docentes, por lo que el currículo vivido al interno de las aulas universitarias se relaciona directamente con las filias conceptuales de los docentes y en buena medida se podría alejar de lo prescrito en los planes y programas de estudio.

Con esto en mente, el objetivo de esta investigación es conocer, a través de una encuesta, la opinión de los estudiantes de la Carrera de Psicología de la FES Iztacala respecto a las prácticas docentes d